viernes, 29 de julio de 2011

LA REVOLUCIÓN MEXICANA , CONTINUACIÓN


El gobierno de Madero y sus dificultades.

Al llegar Francisco Ignacio Madero a la presidencia de la República a principios de noviembre de 1911, después del interinato de Francisco León de la Barra, la situación no era nada favorable para el caudillo coahuilense. Tenía enemigos por todas partes. Como resultado de los Acuerdos de Ciudad Juárez, muchos porfiristas quedaron en el gobierno interino que se encargaron de hacerle la vida imposible. Como Presidente de la República se enfrentó a una gran inestabilidad política: primero, tuvo que luchar contra un poder legislativo que le era totalmente adverso, pues era mayoritariamente porfirista; segundo, aprovechando la libertad de prensa, fue atacado por sus enemigos que lo ridiculizaban severamente; tercero, tuvo que enfrentar las rebeliones armadas de Bernardo Reyes, Pascual Orozco, Félix Díaz, y, la de Emiliano Zapata. Madero era una persona que confiaba en la gente, creía que con la democracia se resolverían todos los problemas de la sociedad. No estaba en contra de la inversión extranjera, sólo pensaba que había que regularla adecuadamente. Pensaba que a los peones había que pagarles más y darles un mejor trato, no estaba muy convencido de expropiar los latifundios y entregárselos a los campesinos. Esto último lo entendió muy bien Zapata y proclama su Plan de Ayala a menos de un mes de que madero asumiera la Presidencia de la República.
En suma, para principios de 1913, se presagiaba el fin del gobierno maderista, pues tenía en su contra tanto a revolucionarios como Zapata, como a fuerzas conservadoras que deseaban el retorno a la paz porfiriana, éstos últimos organizarían la contrarrevolución por medio del golpe de estado a partir del 9 de febrero de 1913 hasta el 19 de ese mismo mes, conocido como la "Decena Trágica", en la que obligan a renunciar a Madero y a Pino Suárez a la presidencia y vicepresidencia de la República, respectivamente, teniendo este episodio el desenlace fatal del asesinato de ambos el 22 de febrero.

El Plan de Ayala, programa eminentemente agrario y social.

Emiliano Zapata junto con sus más cercanos colaboradores, entre ellos su hermano Eufemio y su compadre Otilio Montaño, redactaron el Plan de Ayala el 25 de noviembre de 1911, teniendo como principal justificación el incumplimiento que Madero había hecho a los campesinos de restituirles las tierras. Se consideraba a Madero traidor, por lo tanto, se desconocía su gobierno y se demandaba fundamentalmente la devolución de las tierras a los campesinos que se las habían arrebatado.
Los acuerdos de Ciudad Juárez no convencieron a los zapatistas, por lo tanto, no entregaron las armas, ellos querían la tierra, su medio fundamental de subsistencia, no entendían para nada acerca de la democracia y la democratización de la vida política del país, seguramente pensaban que con la democracia no se come y con la tierra sí, querían una solución inmediata a su problema agrario, pero Madero pensaba solucionarlo gradualmente, al no estar totalmente convencido de expropiar los latifundios que estaban en manos de poderosos terratenientes.

La Decena Trágica y sus responsables

Las fuerzas más conservadoras, recelosas y totalmente desconfiadas de un gobierno titubeante e inexperto, decidieron asestar el golpe de Estado que daría fin al gobierno democrático maderista. Los líderes golpistas fueron los militares Manuel Mondragón y Gregorio Ruiz, secundados por el civil Rodolfo Reyes que pretendía liberar a su padre Bernardo Reyes, de la cárcel de Tlatelolco. Este suceso comenzó el 9 de febrero con la liberación de Bernardo Reyes y Félix Díaz que se sumaron al movimiento contrarrevolucionario. Madero confía las tropas del gobierno al general Victoriano Huerta, pero éste retarda las acciones porque también estaba inmiscuido traidoramente, en contra de Madero. El 19 de febrero se consuma el golpe de estado al obligar a renunciar a Madero y a Pino Suárez a sus respectivos cargos.
Cabe aclarar que en este lamentable acontecimiento, resalta la participación del embajador norteamericano Henry Lane Wilson, apoyando abiertamente a los golpistas, porque según él las relaciones diplomáticas entre México y los estados Unidos se habían deteriorado, los intereses económicos estadounidenses en nuestro país habían disminuido, además envió informes alarmistas sobre la inseguridad de los estadounidenses, sus propiedades y capitales invertidos en México. En la embajada norteamericana se acordaron las acciones y todo el plan a seguir para el golpe de Estado; al respecto Rosendo Bolívar Meza expresa: "La Decena Trágica concluyó con un acuerdo entre los jefes rebeldes encabezados por Félix Díaz y el jefe del ejército federal, Victoriano Huerta, por el cual se destituyó a Madero de la presidencia, se designó a Huerta presidente provisional, se formó un nuevo gabinete y quedó Félix Díaz en libertad de acción para presentar su candidatura a la presidencia de la república en las siguientes elecciones."6.
A este acuerdo se le conoce como el Pacto de la Embajada. Tras la renuncia de Madero, asume la presidencia provisional, de acuerdo a la Constitución, el Secretario de Relaciones Exteriores, Pedro Lascuraín, pero sólo el tiempo necesario (menos de una hora), para nombrar Secretario de Gobernación a Victoriano Huerta, renunciar a la presidencia y así abrirle paso a la presidencia de la República, por el hecho de estar vacantes la presidencia, la vicepresidencia y la Secretaría de Relaciones Exteriores. Así, manchado de sangre y de manera "legal", Victoriano Huerta usurpa la presidencia de la República. Pero los revolucionarios se agruparían contra esta usurpación e ilegalidad y se daría inicio a la etapa constitucionalista encabezada por Venustiano Carranza, entonces Gobernador de Coahuila.

El Plan de Guadalupe. En busca de la legalidad. Reagrupación de diferentes tendencias revolucionarias.

Con la llegada a la presidencia de Victoriano Huerta de forma ilegal y manchado de sangre como consecuencia de la decena trágica, Carranza rompe relaciones con este usurpador y encabeza el Plan de Guadalupe, fechado el 26 de marzo de 1913, que a la letra dice:Primero. Se desconoce al general Victoriano Huerta como Presidente de la República.
Segundo. Se desconoce también a los Poderes Legislativo y Judicial de la Federación.
Tercero. Se desconoce a los gobiernos de los estados que aún reconozcan a los poderes federales que forman la actual administración, treinta días después de publicado este plan.
Cuarto. Para la organización del ejército encargado de hacer cumplir nuestros propósitos, nombramos como Primer jefe del Ejército, que se denominará "Constitucionalista", al ciudadano Venustiano carranza, gobernador del estado de Coahuila.
Quinto. Al ocupar el Ejército Constitucionalista la ciudad de México, se encargará interinamente del Poder Ejecutivo el ciudadano Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército, o quien le hubiera sustituido en el mando.
Sexto. El Presidente interino de la República convocará a elecciones generales tan luego como se haya consolidado la paz, entregando el poder al ciudadano que hubiese sido electo.
Séptimo. El ciudadano que funja como Primer Jefe del Ejército Constitucionalista en los estados cuyos gobiernos hubieren reconocido al de Huerta, asumirá el cargo de gobernador provisional, y convocará a elecciones locales, después de que hayan tomado posesión de sus cargos los ciudadanos que hubiesen sido electos para desempeñar los poderes de la Federación, como lo previene la base anterior.
Como se observa, en este plan no se incluyen las demandas sociales que le estaban dando la fuerza al movimiento armado, era más bien un programa de orden político, para restaurar la legalidad y el orden constitucional, no se prometía nada a las masas populares, aunque Carranza consideraba que las reformas sociales vendrían por sí solas, gradualmente, primero lo primero y esto implicaba para él, el restablecimiento del imperio de la ley, las reformas tendrán que hacerse, decía, después, pero sin prometerse en este plan.
El 24 de septiembre de 1913, Venustiano Carranza pronuncia en hermosillo, Sonora, uno de los discursos más importantes de la Revolución, en donde resalta lo siguiente: "El Plan de Guadalupe no encierra ninguna utopía, ni ninguna cosa irrealizable, ni promesas bastardas con intención de no cumplirlas; el Plan de Guadalupe es un llamado patriótico a todas las clases sin ofertas ni demandas al mejor postor; pero sepa el pueblo de México que terminada la lucha armada a que convoca el plan de Guadalupe, tendrá que principiar formidable y majestuosa la lucha social, la lucha de clases, queramos o no queramos nosotros mismos y opónganse las fuerzas que se opongan…"7 Carranza sabía muy bien la naturaleza de las revoluciones y que el río caudaloso de la historia no podía detenerse, que aunque el no quisiera, se tendrían que dar las reformas sociales y económicas que el pueblo necesitaba.
Aún cuando en el Plan de Guadalupe no se incluían, ni por asomo, las demandas sociales que demandaban los campesinos y los obreros, los gruposrevolucionarios que habían apoyado a Madero, le dieron su apoyo, como el caso de Villa y Zapata; Pascual Orozco en cambio, se puso del lado de Huerta. En esta etapa llamada constitucionalista aparece Álvaro Obregón, dándole el apoyo militar y político a Carranza, comandando el Ejército del Noroeste, al que la División del Norte de Francisco Villa estaba adscrito. Pablo González, por su parte encabezaba el Ejército del Noreste, con el que Carranza coincidía más en lo político e ideológico, pero que desafortunadamente para el Primer Jefe, tenía una menor fuerza social y militar que Villa y Obregón.Francisco Villa, con su División del Norte, encabezaba el ejército más poderoso de la revolución y su papel fue decisivo en la derrota del huertismo, pero Villa no era de las simpatías ni confianzas de Carranza, sin duda en esto influían la clase social a la que pertenecían, su ideología y cultura. En Carranza hubo un cierto temor a que el villismo lo rebasara e hizo todo lo posible por debilitarlo y entorpecerlo. Villa envía su renuncia como jefe de la División del Norte ante Carranza, éste la acepta, pero los generales villistas sostienen a su jefe, insubordinándose contra el ejército constitucionalista. Sin embargo, mediante el Pacto de Torreón, el 8 de julio de1914, se resolvieron aparentemente las diferencias entre Villa y Carranza, a esto nos dice Bolívar Meza: "…
En este pacto la división del norte reconoció a Carranza como primer jefe del ejército constitucionalista y cesó su insubordinación, y la jefatura constitucionalista reconoció a Villa como jefe de la división del norte (…). Carranza se comprometió también a convocar a una convención de jefes constitucionalistas, una vez derrotado Huerta (…) implantar un régimen democrático, procurar el bienestar de los obreros, emancipar a los campesinos y distribuir las tierras."8
Como resultado de las victorias del ejército constitucionalista, Victoriano Huerta renuncia a la presidencia el 15 de julio de 1914, sustituyéndolo Francisco Carbajal, quien se rindió a los revolucionarios, a través de los Tratados de Teoloyucan, el 13 de agosto de 1914. Al día siguiente, el ejército al mando de Obregón, hace su entrada triunfal a la capital del país y Carranza, en atención al Plan de Guadalupe, asume la Presidencia Provisional de la República.
En cuanto a Zapata, Carranza le da un trato de bandolero y no de revolucionario. Así como con Villa, Zapata no era para nada en quién confiar. Zapata entendió que el Primer Jefe no le resolvería el problema agrario que fundamentalmente estaba demandando. Aunque Carranza argumentaba que la reforma social vendría, pero todo a su tiempo y anteponiendo la ley y el orden a ello, los zapatistas querían solución inmediata a su demanda por la tierra, por lo tanto, en agosto de 1914, dieron a conocer un manifiesto donde fijaron sus posiciones políticas, donde dan a conocer que su participación en la revolución no era para conquistar puestos políticos, sino para recuperar sus tierras; plantearon que fueran los jefes combatientes los que designaran al presidente interino y que quien asumiera el cargo aceptara los tres grandes principios del Plan de Ayala: expropiación de tierras por causa de utilidad pública, confiscación de bienes a los enemigos del pueblo y restitución de tierras a los individuos y comunidades despojadas. De no lograrse lo anterior, la lucha zapatista seguiría hasta imponerse.9

Conclusión

Con todo lo anterior, podemos afirmar que en el seno de la revolución mexicana, participaron dos movimientos distintos. Uno político, de carácterburgués, que sólo pretendía un cambio y reacomodo en las relaciones de poder, representado por Madero, Carranza y Obregón; este movimiento demandaba sufragio efectivo no reelección, libertad de prensa, elecciones libres, libertad municipal, restablecimiento de la ley y el orden, en suma, democratizar la vida política del país, sin trastocar a fondo la estructura social que resultaba en una profunda, injusta e intolerable desigualdad social. El otro movimiento, de carácter social, que demandaba disminuir la desigualdad social mediante el reparto agrario y mejores condiciones de trabajo y de vida para los campesinos y obreros, representado por Villa y Zapata.
Estas diferencias ideológicas e intereses de las distintas fuerzas revolucionarias (carrancistas, obregonistas, villistas y zapatistas), provocaron que, después de la caída de Huerta, se separaran y lucharan entre sí para tratar de lograr sus objetivos. Seguiría la lucha entre estas facciones revolucionarias, carrancistas contra zapatistas y contra villistas, y, después, obregonistas contra carrancistas. Después de silenciado, hasta cierto punto el movimiento social, para 1920, se hacía más evidente la lucha por el poder, que Carranza pagaría con su vida.

NOTAS:

  1. Kenneth Turner John, México Bárbaro, Ed. Quinto Sol, México, p. 107.
  2. Bolívar Meza Rosendo, Historia de México Contemporáneo II, Ed. Instituto Politécnico Nacional, México, 2004, p. 47.
  3. El Colegio de México, Nueva Historia Mínima de México, Ed. El Colegio de México, México, 2004, pp. 227-228.
  4. Krauze, Enrique, Biografía del Poder/ 5, Venustiano Carranza (Puente entre siglos), Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1987, pp. 18-19
  5. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p. 50.
  6. Ídem, P. 62.
  7. Enrique Krauze, Op. Cit., p. 41.
  8. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p. 71.
  9. Ídem, pp.74-75.

Marco Antonio Borboa Trasviña,
Nació en Los Mochis, Sinaloa, México, el 24 de abril de 1964. En 1984 ingresó al Instituto de Antropología de la Universidad de Occidente donde cursó la Licenciatura en Sociología Rural titulándose de la misma en el año de 1989. Obtuvo el Grado de Maestría en Comunicación para el Desarrollo Social, por parte de la Universidad de Occidente, Unidad Los Mochis, el 11 de diciembre de 2003, mediante la tesis Las relaciones Interculturales entre "yoris" y "yoremes"
Profesionalmente se ha desempeñado en la Universidad de Occidente, Unidad Guasave desde 1988 hasta la fecha actual, ocupando diferentes cargos o responsabilidades: Delegado de Servicio Social, Jefe del Departamento Académico de Sociología, Responsable de Área de Superación Docente, Jefe del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Humanidades; Consejero Propietario Académico y Técnico en varias ocasiones; ha sido nombrado Presidente de la Comisión de Carrera de la Licenciatura en Desarrollo Comunitario; así como también ha participado como sinodal para titulación de alumnos de las carreras de Sociología Rural y Desarrollo Comunitario vía examen por conocimientos. Es maestro titular de las asignaturas de Desarrollo Histórico de México I y II, además tiene una experiencia docente de 18 años impartiendo cursos fundamentalmente sobre Historia de México, sociología y antropología
Ha participado activamente en la elaboración y actualización de cartas descriptivas y ahora programas indicativos en la Universidad de Occidente. Ha sido conferencista de temas relacionados al grupo indígena mayo yoreme del norte de Sinaloa y comentarista del libro Los Mayos del antropólogo Jesús Ángel Ochoa Zazueta; así como del libro Compendio Toponímico y Geográfico del Estado de Sinaloa de maestro Teodoso Navidad.
Actualmente es Profesor de Tiempo Completo categoría "D" adscrito al Departamento Académico de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Occidente, Unidad Guasave, del cual también es Jefe.

Conclusión

Con todo lo anterior, podemos afirmar que en el seno de la revolución mexicana, participaron dos movimientos distintos. Uno político, de carácterburgués, que sólo pretendía un cambio y reacomodo en las relaciones de poder, representado por Madero, Carranza y Obregón; este movimiento demandaba sufragio efectivo no reelección, libertad de prensa, elecciones libres, libertad municipal, restablecimiento de la ley y el orden, en suma, democratizar la vida política del país, sin trastocar a fondo la estructura social que resultaba en una profunda, injusta e intolerable desigualdad social. El otro movimiento, de carácter social, que demandaba disminuir la desigualdad social mediante el reparto agrario y mejores condiciones de trabajo y de vida para los campesinos y obreros, representado por Villa y Zapata.
Estas diferencias ideológicas e intereses de las distintas fuerzas revolucionarias (carrancistas, obregonistas, villistas y zapatistas), provocaron que, después de la caída de Huerta, se separaran y lucharan entre sí para tratar de lograr sus objetivos. Seguiría la lucha entre estas facciones revolucionarias, carrancistas contra zapatistas y contra villistas, y, después, obregonistas contra carrancistas. Después de silenciado, hasta cierto punto el movimiento social, para 1920, se hacía más evidente la lucha por el poder, que Carranza pagaría con su vida.

NOTAS:

  1. Kenneth Turner John, México Bárbaro, Ed. Quinto Sol, México, p. 107.
  2. Bolívar Meza Rosendo, Historia de México Contemporáneo II, Ed. Instituto Politécnico Nacional, México, 2004, p. 47.
  3. El Colegio de México, Nueva Historia Mínima de México, Ed. El Colegio de México, México, 2004, pp. 227-228.
  4. Krauze, Enrique, Biografía del Poder/ 5, Venustiano Carranza (Puente entre siglos), Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1987, pp. 18-19
  5. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p. 50.
  6. Ídem, P. 62.
  7. Enrique Krauze, Op. Cit., p. 41.
  8. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p. 71.
  9. Ídem, pp.74-75.

Marco Antonio Borboa Trasviña,
Nació en Los Mochis, Sinaloa, México, el 24 de abril de 1964. En 1984 ingresó al Instituto de Antropología de la Universidad de Occidente donde cursó la Licenciatura en Sociología Rural titulándose de la misma en el año de 1989. Obtuvo el Grado de Maestría en Comunicación para el Desarrollo Social, por parte de la Universidad de Occidente, Unidad Los Mochis, el 11 de diciembre de 2003, mediante la tesis Las relaciones Interculturales entre "yoris" y "yoremes"
Profesionalmente se ha desempeñado en la Universidad de Occidente, Unidad Guasave desde 1988 hasta la fecha actual, ocupando diferentes cargos o responsabilidades: Delegado de Servicio Social, Jefe del Departamento Académico de Sociología, Responsable de Área de Superación Docente, Jefe del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Humanidades; Consejero Propietario Académico y Técnico en varias ocasiones; ha sido nombrado Presidente de la Comisión de Carrera de la Licenciatura en Desarrollo Comunitario; así como también ha participado como sinodal para titulación de alumnos de las carreras de Sociología Rural y Desarrollo Comunitario vía examen por conocimientos. Es maestro titular de las asignaturas de Desarrollo Histórico de México I y II, además tiene una experiencia docente de 18 años impartiendo cursos fundamentalmente sobre Historia de México, sociología y antropología
Ha participado activamente en la elaboración y actualización de cartas descriptivas y ahora programas indicativos en la Universidad de Occidente. Ha sido conferencista de temas relacionados al grupo indígena mayo yoreme del norte de Sinaloa y comentarista del libro Los Mayos del antropólogo Jesús Ángel Ochoa Zazueta; así como del libro Compendio Toponímico y Geográfico del Estado de Sinaloa de maestro Teodoso Navidad.
Actualmente es Profesor de Tiempo Completo categoría "D" adscrito al Departamento Académico de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Occidente, Unidad Guasave, del cual también es Jefe.

Conclusión

Con todo lo anterior, podemos afirmar que en el seno de la revolución mexicana, participaron dos movimientos distintos. Uno político, de carácterburgués, que sólo pretendía un cambio y reacomodo en las relaciones de poder, representado por Madero, Carranza y Obregón; este movimiento demandaba sufragio efectivo no reelección, libertad de prensa, elecciones libres, libertad municipal, restablecimiento de la ley y el orden, en suma, democratizar la vida política del país, sin trastocar a fondo la estructura social que resultaba en una profunda, injusta e intolerable desigualdad social. El otro movimiento, de carácter social, que demandaba disminuir la desigualdad social mediante el reparto agrario y mejores condiciones de trabajo y de vida para los campesinos y obreros, representado por Villa y Zapata.
Estas diferencias ideológicas e intereses de las distintas fuerzas revolucionarias (carrancistas, obregonistas, villistas y zapatistas), provocaron que, después de la caída de Huerta, se separaran y lucharan entre sí para tratar de lograr sus objetivos. Seguiría la lucha entre estas facciones revolucionarias, carrancistas contra zapatistas y contra villistas, y, después, obregonistas contra carrancistas. Después de silenciado, hasta cierto punto el movimiento social, para 1920, se hacía más evidente la lucha por el poder, que Carranza pagaría con su vida.

NOTAS:

  1. Kenneth Turner John, México Bárbaro, Ed. Quinto Sol, México, p. 107.
  2. Bolívar Meza Rosendo, Historia de México Contemporáneo II, Ed. Instituto Politécnico Nacional, México, 2004, p. 47.
  3. El Colegio de México, Nueva Historia Mínima de México, Ed. El Colegio de México, México, 2004, pp. 227-228.
  4. Krauze, Enrique, Biografía del Poder/ 5, Venustiano Carranza (Puente entre siglos), Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1987, pp. 18-19
  5. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p. 50.
  6. Ídem, P. 62.
  7. Enrique Krauze, Op. Cit., p. 41.
  8. Rosendo Bolívar Meza, Op. Cit., p. 71.
  9. Ídem, pp.74-75.

Marco Antonio Borboa Trasviña,
Nació en Los Mochis, Sinaloa, México, el 24 de abril de 1964. En 1984 ingresó al Instituto de Antropología de la Universidad de Occidente donde cursó la Licenciatura en Sociología Rural titulándose de la misma en el año de 1989. Obtuvo el Grado de Maestría en Comunicación para el Desarrollo Social, por parte de la Universidad de Occidente, Unidad Los Mochis, el 11 de diciembre de 2003, mediante la tesis Las relaciones Interculturales entre "yoris" y "yoremes"
Profesionalmente se ha desempeñado en la Universidad de Occidente, Unidad Guasave desde 1988 hasta la fecha actual, ocupando diferentes cargos o responsabilidades: Delegado de Servicio Social, Jefe del Departamento Académico de Sociología, Responsable de Área de Superación Docente, Jefe del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Humanidades; Consejero Propietario Académico y Técnico en varias ocasiones; ha sido nombrado Presidente de la Comisión de Carrera de la Licenciatura en Desarrollo Comunitario; así como también ha participado como sinodal para titulación de alumnos de las carreras de Sociología Rural y Desarrollo Comunitario vía examen por conocimientos. Es maestro titular de las asignaturas de Desarrollo Histórico de México I y II, además tiene una experiencia docente de 18 años impartiendo cursos fundamentalmente sobre Historia de México, sociología y antropología
Ha participado activamente en la elaboración y actualización de cartas descriptivas y ahora programas indicativos en la Universidad de Occidente. Ha sido conferencista de temas relacionados al grupo indígena mayo yoreme del norte de Sinaloa y comentarista del libro Los Mayos del antropólogo Jesús Ángel Ochoa Zazueta; así como del libro Compendio Toponímico y Geográfico del Estado de Sinaloa de maestro Teodoso Navidad.
Actualmente es Profesor de Tiempo Completo categoría "D" adscrito al Departamento Académico de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Occidente, Unidad Guasave, del cual también es Jefe.

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